Santisimo Cristo de la Buena Muerte

Santísimo Cristo de la Buena Muerte, obra realizada por D. Luis Álvarez Duarte, prestigioso imaginero sevillano, para la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de las Siete Palabras, Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Nuestra Señora de la Consolación y Santa María Magdalena, conocida popularmente como Los Estudiantes, de la ciudad de Linares (Jaén).


La hechura de esta imagen fue contratada mediante firma pública entre la Hermandad y el imaginero, el dieciséis de febrero de dos mil ocho en la ciudad de Linares, así el primer gubiazo se realizó el once de mayo del mismo año, domingo de pentecostés, en el taller del mismo imaginero, en la ciudad de Gínes, donde ha permanecido hasta su completa finalización.



El veintiséis de marzo de dos mil once, esta imagen recibió solemne bendición, en la sede canónica de la Hermandad, Iglesia Parroquial de San José, así su primera estación de penitencia en manifestación pública de fé, por las calles de Linares estuvo prevista para el mismo año, Miércoles Santo, pero no pudo realizarse su recorrido profesional por las calles de Linares debido a las inclemencias meteorológicas.






 
Estamos quizás ante el Crucificado más dramático del autor, con el que conjuga acertadamente las sutilezas de sus gubias con la búsqueda del fuerte impacto emocional. La cabeza, de afilado semblante, aparece caída hacia la derecha y cubierta con cabellera negra, trabajada a base de alborotadas y apelmazadas guedejas que dejan ver ambas orejas, siendo más menudos los rizos de la bífida barba. El patetismo del rostro muerto de Cristo se manifiesta en la expresión de sus cejas, muy fruncidas, los ojos entreabiertos y la apertura de los labios; todo ello en señal de dolor tras el martirio padecido en la cruz, a la que se encuentra fijado por tres clavos.


Representado justo en los instantes posteriores a su fallecimiento, el desnudo del Cristo de la Buena Muerte muestra unos miembros algo alargados, un preciso estudio anatómico y una musculatura muy marcada, especialmente en la zona de los brazos y el abdomen. Lo anterior le otorga gran monumentalidad a un Varón que acaba de expirar y por cuyo cuerpo aún parece fluir la sangre que mana de unas heridas virulentas y abundantes, lejos todavía de las coagulaciones, dilataciones y livideces post-mortem. 


El madero, muy clásico, es del tipo arbóreo, con partes doradas, y muestra un gran titulus crucis con la descripción del ajusticiado escrita en tres idiomas. La pierna derecha de Jesús aparece montada sobre la izquierda, con los pies en paralelo.