REFLEXIONES SOBRE EL TRIDUO AL STMO. CRISTO DE LA BUENA MUERTE Y FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO.


Acontinuación os mostramos las reflexiones, que nuestro Rvdo. P. D. Melitón Bruque García ha realizado durante el Triduo al Stmo. Cristo de la Buena Muerte, el pasado 28 de febrero, 1 y 2 de marzo y, la realizada durante la Función Principal de Instituto.



TRIDUO A JESÚS DE LA BUENA MUERTE
2013



Día 1º. 28 de febrero de 2013


“NO HAY BUENA MUERTE, SINO VIDA DIGNA”

            Nos volvemos a encontrar un año más ante la persona de Jesús que  unas semanas antes de su pasión nos invita a detenernos ante lo que va a ocurrir.
            Nosotros hemos tenido la osadía de llamar la muerte de Jesús  como “BUENA” , ¿Qué quiere decir eso? Si fue buena, es que resultó ser el regalo que le hicimos, y si fue buena, cómo es que Jesús llegó a sentir verdadero pavor y le hizo exclamar: “Padre, si es posible aparta de mi este cáliz”. Hemos de tener cuidado porque con facilidad caemos en una especie de masoquismo con el que lo dulcificamos todo.
            “LA BUENA MUERTE” no es, sino el coraje, la valentía, la fuerza y la dignidad que Jesús le metió a su vida de forma que fue capaz de enfrentar la muerte de la misma manera que enfrentó su vida. La muerte, como accidente vital, no es buena, ni aceptable ni querida por nadie, de hecho en la sagrada escritura se dice que fue la consecuencia del pecado.
            Aclarado este punto que nos puede servir de introducción al tema, Jesús nos invita esta tarde a enfrentarnos, no tanto a la muerte, sino a la vida, que es lo que le va a dar sentido a la muerte; es la vida la que hemos de orientarla, por eso Jesús anda preocupado y les dice a los apóstoles: “Quiero deciros estas cosas antes de que ocurran, para que cuando llegue el momento, sepáis…” No quiere que los apóstoles vayan engañados, entusiasmándose por algo que no va a tener nada de agradable.
            Por el camino no se dedican a planificar una semana de vacaciones en Jerusalén ni un viaje de turismo asesorándose de la entrada a los monumentos de Jerusalén… Jesús se dedica a hablarles sin tapujos de lo que se van a encontrar; al final, si quieren ser consecuentes, que sepan lo que les espera: la muerte, pero se trata de jugarse la vida: aquí no hemos venido a vivir de rodillas ante quienes nos quieren arrodillar o ante nuestros propios instintos que  nos mantienen sometidos y subyugados: Jeremías lo expresa formidablemente: “Maldito el hombre que confía en el hombre pues será como un cardo plantado en la estepa…” su destino es la muerte y su vida la esterilidad, pues no crea sino destrucción y muerte; su misma arrogancia es repulsiva. Vivir así es la peor de las maldiciones que le puede caer a cualquiera.
            Jesús pone la misma comparación que Jeremías con el rico que se vestía de púrpura y de lino y vivía derrochando en placeres sin hacer aprecio del que se moría de hambre a su lado. La imagen  la dramatiza y la degrada haciendo que los perros representen tener mejores sentimientos que el mismo rico, pues se acercaban a lamerle las llagas, para consolarlo y curarlo. Al final, la vida nos pone a todos en nuestro sitio y Dios hace justicia a todos,
            La conclusión final es la muerte, pero lo importante no es morir, pues esto nos llega a todos, sino que lo verdaderamente importante es cómo hemos llegado a ese final.
            Hoy, Jesús nos enfrenta a nuestra vida,  nos invita a hacer un stop, a preguntarnos en qué y en quién tenemos puesta nuestra esperanza, nuestra confianza, nuestra meta…
 
DÍA 2º. 1 de marzo de 2013

“VIVIR LA VIDA CON SENTIDO”

            Volvemos esta tarde a escuchar a Jesús que nos plantea distintas posibilidades de organizar nuestra vida:
                        1-El ejemplo de los hijos de Jacob, enzarzados en una trama de intrigas y envidias que les lleva a vender al hermano menor y a querer matarlo; después, la vida va rodando –como decíamos ayer- y nos pone a cada uno en nuestro sitio: nos encontramos en situaciones que jamás habíamos imaginado y en las que obligadamente tenemos que agachar la cabeza y tragarnos todo aquello que habíamos dicho y hecho porque no era ni aceptable ni  presentable. Es la imagen de aquellos hermanos que tienen que aguantar la vergüenza de sentir que su crimen se revolvió contra ellos y les devolvió bien por mal.
                        2-Otra alternativa es la de los obreros de la parábola que cuenta Jesús: se les dan todas las posibilidades de vivir, de trabajar y de dar frutos y vivir felices siendo honrados; sin embargo, optaron por hundir el negocio, destruir la viña y cargarse al dueño. Al final tienen que aguantar las consecuencias de su maldad y de su cinismo.
                        3-La tercera posibilidad que plantea  es la que pide a sus seguidores: propone la causa del Reino e invita a que la asuman, como el que encuentra un tesoro y hace lo posible por hacerse con él, vende todo lo que tiene y lo adquiere: lo hace suyo, lo asume y en él pone toda su vida aceptando el destino de la causa, asumiéndola como la suya propia.
            Las palabras ultimas del Papa Benedicto han sido el mejor de los ejemplos visibles que  el Señor nos deja estos días: “Yo no dejo la cruz… y en ella me abandono en las manos del Padre para seguir sirviendo desde el silencio…”
            Hoy, el Señor nos invita a seguirle, a hacer nuestra su causa, a ponerlo a Él en nuestro horizonte.
 
Día 3º. 2 de marzo de 2013


“VIVIR EN EL VACIO”

            Jesús ha venido dándonos una serie de consejos que nos son muy válidos para organizar nuestra vida: se trata de llenarla o dejarla estéril y baldía, una vida vacía y sin sentido; tal vez llena de placeres, como la del rico de la parábola del primer día, pero vacía y sin sentimientos de humanidad.
            El ejemplo que nos pone hoy es bien elocuente: “Un hombre plantó una higuera en su huerto, la cuidó y no le hizo faltar de nada y cuando fue a recoger los frutos, se encontró que solo lucía una apariencia frondosa  y llena de vida, pero no tenía ni un solo higo…” Es exactamente la corriente que hoy se impone y que nos arrastra con una fuerza enorme: la lucha por la imagen, por la fachada exterior y la huida de toda interiorización, de toda vida vivida en profundidad.
            El dueño del huerto, que la había plantado, al ver que solo tenía apariencia, decidió cortarla, pues no merecía el esfuerzo que se estaba haciendo con ella, los gastos que se estaban haciendo y el cuidado que se le estaba dando… tampoco merecía ocupar el lugar que ocupaba y quitárselo a otro árbol que pudiera dar fruto.
            Es el mismo planteamiento que en justicia nos hacemos en esta sociedad del bienestar que hemos inventado, donde creemos que tenemos derecho a tener de todo y poder despreciar, creyendo que nos lo merecemos todo… mientras más de las tres cuartas partes de la humanidad se mueren de hambre de sed y necesitadas de todo lo que a nosotros nos sobra.
            No obstante, la ternura y la misericordia de Dios accede a darle una nueva oportunidad: le deja todavía un tiempo a ver si se da cuenta y cambia. Es interesante que ya no diga si la higuera aprovechó la oportunidad o siguió siendo estéril.
            Es una llamada muy fuerte la que nos hace hoy el Señor a que nos planteemos nuestra existencia. Es posible que cuando miramos nuestra vida nos demos cuenta que no tenemos nada más que fachada, pero por dentro  estamos completamente vacíos  y nadie puede sentirse feliz con nosotros puesto que no damos frutos de ningún tipo.

FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO. 3 de marzo de 2013


“EL PECADO DEL CONFORMISMO”
            En Israel están viviendo una situación crítica: todo está corrompido y, en medio de todo ese ambiente, se dan acontecimientos como el que montó Pilatos: asesinó a unos cuantos y  mezcló su sangre con la de los sacrificios del templo, cosa que produjo un gravísimo escándalo.
Otro acontecimiento fue el desplome de la torre de Siloé y el aplastamiento de 18 personas…
Estos acontecimientos distrajeron la atención de la gente que andaba  buscando cuál había sido la causa, qué pecado habían cometido por el que Dios había castigado a aquellas personas que murieron.
Para que nos hagamos una  idea: algo así como lo ocurrido con el problema de la sala de fiestas de Madrid, solo que, en lugar de buscar quién es el culpable de lo ocurrido, allí se culpaba directamente al que moría, pues se consideraba que había pecado y Dios lo castigaba con la muerte.
        Jesús no puede tolerar esta mentalidad ridícula y da la respuesta inmediatamente: no son culpables los que han muerto, sino los que  están dando lugar a que estas cosas ocurran, pero no solo ellos, sino que: “Si vosotros no sois mejores que ellos, moriréis de la misma manera”. Es decir, una vida enmarcada en la corrupción que se instala de esa forma y se conforma diciendo que Dios lo permite y, por tanto, tendrá que ser así, es inadmisible y el que se instala en ella de esta forma, su destino es la muerte y el fracaso.
        Es muy fácil que a nosotros nos ocurra algo parecido, pues hemos aceptado que las cosas son así y que sean unos o sean otros, siempre van a hacer lo mismo, de tal forma que lo único que deseamos es poder llegar a la posibilidad de coger un puesto para hacer nosotros lo mismo. El Conformismo es un atentado contra la vida.